Aun tenemos presente la voz del VI Congreso del Partido llamando a un cambio, una mayor eficiencia, contrastada con una producción mayor  que permita en algunos casos sustituir importaciones. Ahorrar todo lo que permita disfrutarse en el uso de otras producciones y servicios.
No es posible pensar que ahora debemos esperar como se implementa algo, como nos va ha llegar  y cuando esto suceda, qué hacer. Sumemos y nos daremos cuenta que en cada paso se desperdicia tiempo, tiempo que necesitamos emplearlo para producir, para lograr mayor calidad en todo lo que hacemos. No hay ni habrá recetas, solo pensamiento creativo e  innovador   colectivizado. Conseguir la apropiación del colectivo en cuestión al máximo.
En nuestra actividad radial hay mucho por hacer. En primer lugar estudiar y convertirlo en estrategias. Someter toda la programación a un riguroso análisis de oportunidades. Concluir que nuestra agenda es representativa de la agenda deseado por nuestros públicos.  Llegar con propuestas frescas, educativas y a la vez recrear en el mas sano juicio de de estos tiempos.
No es la primera vez que comento la necesidad de multiplicar en la radio como  un movimiento “telúrico”  la incorporación de la savia joven y culta, sencilla y sin exclusiones de un modelo nuevo de producción radiofónico.
Hoy se cuenta con instrumentos de investigaciones muy valiosos que permiten saber con más precisión hacia donde encauzar  los pasos, que temas  no está suficientemente incorporado  y donde la escucha es  débil. También se cuenta con datos del movimiento de los oyentes y cuales son sus hábitos de consumo del medio en determinados horarios.
 
Si por los años 30 del siglo XX, Brecht  nos formulaba: “Una propuesta para cambiar el funcionamiento de la radio: hay que transformar la radio, convertirla de aparato de distribución en aparato de comunicación”. Que podemos hacer en esta época donde medios  de comunicación han rebelado, modificados y digitalizados soportes y canales de transmisión incluyendo a Internet. 
La agilidad, inmediatez y la sencillez son características que no se pueden sustituir por un discurso enrarecido con nombres, lugares, y temas  que nunca se han  escuchado, simple y sencillamente no se entiende de lo que se está tratando. La originalidad suele manifestarse de manera imprevista,  propia de la importancia del acontecimiento y de los elementos sonoros captados o empleados. Esto aporta impacto, pero para lograr algo más creativo se requieren otras alternativas originales en los tratamientos para  intensificar el discurso radiofónico, descubrir otras perspectivas y hacer coexistir el sonido tanto de la palabra como de la sonoridad que se emplee para reforzar la idea propuesta.
 
Si la radio es un medio donde el poder de la imaginación y su estimulación en el oyente logran una  producción expresiva donde se respete  el principio de transparencia y logre  formular entre sujetos y objetos  la imaginación del oyente. Por lo tantos los  relatos radiofónicos tienen que suscitar estímulos tan variados que permitan esclarecer, estimular cambios de hábitos y actitudes ajenos a los valores de la sociedad cubana.
Este es el tema al que hemos de dedicar todo el esfuerzo y la sabiduría para esclarecer, generalizar y apoyar  la implementación de los lineamientos  del Partido y la Revolución en la actualización del Modelo Económico.
Con apego a la verdad, principio básico de nuestros medios de comunicación no debe existir espacio al paternalismo, triunfalismo apologético y debe imperar la comunicación modesta, humana y solidaria como crítica y observadora para llamar la atención de desvío del camino que nos trazó el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. 
 
 
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