miércoles, 25 de julio de 2012
Las nuevas tecnologías y la globalización de la información.
El desarrollo de nuevas tecnologías acorta los plazos para la producción de un nuevo invento o se descubre una nueva forma de abordar un mismo problema.
La comunicación no es ajena a este desarrollo revolucionario y como consecuencia se ponen a disposición nuevas herramientas que permiten mayor velocidad de propagación de la información.
Esta alternativa que nos brinda la tecnología de la comunicación trae como alternativa un cambio en nuestra manera de estar informados y comunicarnos, ello nos permite conformar una visión del mundo que nos rodea con más detalles.
Cuando nos proponemos transmitir una información debemos tener en cuenta ya no solo los códigos del país de origen sino de la multiplicidad de públicos con culturas diferentes y posiciones sociales diversas.
Es fundamental se tenga en cuenta la desigualdad y desequilibrio de los diferentes países y pueblos con oportunidades de integración en la mundialización. De ellos recibimos visiones diferentes de un mismo hecho como también se difunden expresiones culturales que pueden aportar y también distorsionar valores éticos de las sociedades expuestas a la apropiación de valores foráneos.
América Latina es un buen ejemplo por la diversidad de estructuras culturales y la segregación social a que están sometidos muchos países donde una gran mayoría de su población no tiene posibilidades de discernir valores autóctonos de los foráneos, los que atentas contra la identidad nacional y no les permiten fortalecer la integración social en primer lugar de su país y después de la región.
A muchos de los productores de nuevas tecnologías solo les interesa vender un modo de vida de consumo a través de nuevas vías de la comunicación y en ello Internet es utilizado como paradigma de la tecnología empleada en la comunicación, apropiada por los sectores de poder para librar la batalla del mercado de todo tipo, incluso el de las estructuras de poder, marginando tanto a los países pobres como a los más necesitados de todos los países.
En un artículo publicado por Djamel Toudert titulado “América Latina y las nuevas tecnologías de comunicación e investigación”, al profundizar sobre las diferencias de uso de los recursos tecnológicos de la comunicación en la región no son despreciables las enormes diferencias que existen en esas sociedades y la imposibilidad de éstas para acceder a ellas por razones económicos y culturales. En este estudio se refiere cómo un grupo de países los internautas malamente alcanzan el 2 % de la población y en aquellos de mejores condiciones como Argentina llega al 11% solamente.
En el mismo estudio se aprecia como las estructuras de sus poblaciones existen un gran porcentaje que no llegan al 5to. año de las escuelas primarias y es relevante como en algunos caso casi el 50 % de la población son indígenas, dándole un valor relativo al proceso de información y utilización de las nuevas tecnologías inferior a los promedios del país en cuestión.
Por otra parte Mattelar “asiente que la sociedad global de la información es un mito que encierra un nuevo orden geoestratégico, por ello es necesaria la toma de conciencia sobre el papel de los medios de comunicación y su observación con un juicio crítico”. Considera que el concepto hegemónico de información se refiere a una perspectiva instrumental que deja de lado "la memoria y cultura de los pueblos".
Esta apreciación se acerca aun más al concepto de globalización de la información donde se dispone a través de los grandes medios qué se informa y de qué manera, proponiendo una generalización para tratar convertirla en la única verdad.
El proceso de integración de Latinoamérica y el Caribe esta poniendo el acento en la comunicación y ya se concreta Telesur. Otros medios requieren poner el acento en este sentido para acompañar el proceso para el esclarecimiento ante las campañas mediáticas que hoy son instrumentadas con el objetivo explicito de distorsionar la realidad y crear el descontento en los ciudadanos.
No será posible avanzar mientras no se tenga los medios al servicio de los ciudadanos con apego a la verdad por dura y difícil que esta sea, ello abrirá caminos en la conciencia ciudadana que participa como protagonista de este proceso de manera democrática.
En una entrevista, Armand Mattelard, aborda el verdadero concepto que en Norteamérica se le ha llamado “revolución de las comunicaciones que, en una metamorfosis progresiva, lleva a abandonar la ideología del progreso en provecho de la ideología de la comunicación que, curiosamente, retoma los mismo mitos. Su discurso es difundir que para progresar todos debemos comunicar. Todos debemos comunicar, aunque poco importa que detrás no haya ningún proyecto social”.
Cada día cobra mayor fuerza este criterio y se le agrega: cuando existe la voluntad de un país para encausar un proceso en beneficio de toda la sociedad como esta ocurriendo en un grupo de países de Latinoamérica se incrimine por todas las vías posibles apelando a las más burdas formas de agresión e intromisión en los asuntos internos con el propósito de distorsionar los hechos y crear el caos.
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