jueves, 27 de septiembre de 2012

Los Retos de la Radio

Ante el actual contexto digitalizado que se le abre a la radio, ésta debe adecuar su mensaje y potencial a las exigencias de una audiencia cada vez más exigente. Proponiendo otras maneras de hacer radio, otras estructuras, formas, recreaciones o alteraciones y sobre todo estableciendo contenidos útiles, frescos, de interés, satisfaciendo requerimientos funcionales y emocionales que mantengan a la audiencia. Frente a estos requerimientos la tecnología se presta como un instrumento facilitador, ahí por ejemplo la Internet es soporte o herramienta, pero también medio para canalizar un mensaje. Así, las dudas sobre si Internet terminará por ahogar a los medios de masas tradicionales no tiene sentido porque la red de redes podría servir de instrumento difusor para los medios de comunicación tradicionales. Esta afirmación es cierta en parte ya que concebimos a Internet como mensajero pero no lo es del todo, pues requeriría la redefinición de los medios tradicionales cuyo soporte y virtudes son totalmente distintos. Sea como fuere, las dos opciones que se le presentan a los medios masivos tradicionales son, por un lado, adecuar su mensaje a los nuevos sistemas digitales intentando mantener, en la medida de lo posible, sus señas de identidad, estructura comunicativa y forma; y por otro lado, desarrollar un nuevo sistema de comunicación que varíe la forma y la emisión del mensaje. Lo primero sería la adecuación del soporte a la necesidad (mantener y modificar el mensaje adecuándolo a la red), y lo segundo, utilizar Internet como un nuevo soporte de comunicación y, por descontado, crear un nuevo sistema de comunicación de masas. Estas posibilidades establecen nuevos retos. Hoy día podríamos resumir en dos los grandes retos a los que se enfrenta la radio: por un lado, la necesidad de variar la tendencia en la programación para abrir de esa manera la ventana que debe traer aire fresco y nuevos contenidos en segmentos, bloques o secuencias radiofónicas. Por otro, la incertidumbre sobre el modo de emisión del mensaje. Por otra parte, la necesidad pero a la vez el reto de digitalizar la emisión del mensaje se puede explicar de la siguiente manera: la década de los noventa fue el punto álgido en la automatización y digitalización de la producción y realización radiofónica, y las emisoras o estaciones tecnologizaron sus instalaciones en lo que se ha conocido como segunda revolución tecnológica de la radio. No obstante, tal revolución sólo afectó a una parte de la cadena informativa. Con la socialización de Internet, los mensajes visuales y escritos comenzaron a extenderse y la radio comprendió que debía utilizar las nuevas tecnologías en beneficio propio. Es aquí donde entran en escena las primeras apuestas de radio por Internet que no han podido o no han sabido desarrollar todo el potencial para dar un salto definitivo a la gran red. Hoy día casi toda la emisión de radio audible en Internet es un mero volcado del mensaje en FM. La diferencia, que no es poca, entre la emisión tradicional y la moderna se encuentra en los contenidos añadidos que permiten los sitios Web de esas radios gracias a la interactividad. El mensaje ya no es sólo uno sino varios y además gestionables por el usuario (que hasta ahora se ha llamado oyente). Una de las posibilidades que hoy tienen la radio y las grandes empresas de comunicación radiofónica es duplicar la emisión de contenidos ofreciendo así una programación diferenciada entre el sistema tradicional y el digital. Ello supone un mayor desembolso económico pero también una manera inteligente de ganar oyentes y convertirlos en usuarios o audiencia digital. La radio necesita renovarse. Este es un hecho que no pueden negar productores, empresarios y teóricos. Por ello, los esfuerzos para reinventar la radio y la manera de hacerla son actualmente comidilla de cualquier jornada, charla o discusión. El esfuerzo merece la pena y debe realizarse ya que de lo contrario la radio perdería parte de su hegemonía mediática. Ante el actual contexto digitalizado que se le abre a la radio, ésta debe adecuar su mensaje y potencial a las exigencias novedosas del guión, proponiendo otras maneras de hacer y contenidos que, basados en los recientes sistemas de emisión, mantengan a la audiencia digitalizada y embarque en una nueva cruzada a las jóvenes generaciones de oyentes. No obstante, también cabe comentar el giro terminológico vivido por la audiencia, que pasaría a usuario multimediático, ya que si la Internet engloba en una nueva miscelánea digital los medios de comunicación de masas tradicionales (imágenes, escritura y palabra), no tendría sentido seguir insistiendo en modelos caducos como el de llamar audiencia a la pieza angular de la recepción del mensaje. Esto es: el soporte físico de recepción del mensaje cambia pero es multifuncional, de ahí que el receptor también tenga más variedad de oferta con el mismo soporte y su nombre lo centre el nuevo sistema de recepción. Al diversificar las propuestas y características, el soporte altera también el concepto de receptor convirtiéndolo en usuario o audiencia (si se prefiere) multimediática. ¿Cuál es la gran ventaja del usuario multimediático de radio? Pues ni más ni menos que la interactividad. Un nuevo término que no es más que la posibilidad de interrelación existente entre individuos (emisor-receptor o receptores entre ellos) y la interacción respecto de los contenidos o mensajes propuestos. Por tanto podemos decir que la gestión de Internet la ejecuta el usuario. La interactividad le ofrece al internauta una autonomía que hasta ahora ninguno de los medios tradicionales le procuraba. Por todo ello, la gestión de gustos, necesidades y preferencias las determina el individuo a su voluntad y no la empresa emisora. En conclusión, la tecnologización alimenta la necesidad de diversificar los mensajes e introducir nuevos contextos, contenidos y términos de actuación para los medios de masas tradicionales. Las cadenas de radio podrían diversificar sus bloques radiofónicos en Internet para mantener la migración de la audiencia, mientras dan el salto definitivo como medio a la gran red.

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