sábado, 1 de mayo de 2010

RESPALDO A LA DIGNIDAD, A LA REVOLUCION





La fiesta de los trabajadores tiene una variada expresión de acuerdo a donde se realice, en algunos lugares están marcadas para protestar y reclamar mayor justicia laboral, en otras para lograr que no se discriminen en los empleos por el solo hecho de ser mujer, negros o emigrante.

En Cuba la expresión es de compromiso de toda la clase obrera para lograr que el trabajo alcance un verdadero resultado y posibilite, dentro de la tenacidad y austeridad, satisfacer las demandas internas de la población y en reducir la importación de todo lo que se pueda producir en el país.

Hoy se festeja, en todo el país, esa fecha sagrada de los trabajadores bajo la bandera del socialismo, que nos ha permitido llegar hasta aquí no sin dificultades pero también con logros irreversibles como la educación, la salud y la solidaridad internacional.


Los efectos de la crisis económica mundial, el alza de los precios de productos vitales para la supervivencia humana más el injusto bloqueo impuesto por los Estados Unidos exigen que los trabajadores cubanos desde cualquier puesto de trabajo aporte con inteligencia y consagración a levantar el estandarte del valor del trabajo para que cada día se rinda tributo a la disciplina y a la productividad.

La fiesta al trabajo marcada por el primero de mayo como el día internacional de los trabajadores es la culminación de la fiesta laboral diaria, permanente a la que todos debemos contribuir a enriquecer para avanzar, enfrentado todos los retos que nos imponen estos tiempos difíciles.


Nuestra bandera es conocida en muchos lugares de este planeta, pero siempre para marcar un apoyo altruista de los hijos de este pueblo que no piden nada a cambio, pero que han logrado que el sentimiento de respeto hacia estos colaboradores, trabajadores de la ciencia y varias disciplinas más han sabido granjearse con el sacrificio y su dedicación al trabajo.

Nuestro máximo líder Fidel Castro, expresó el cuatro de enero de mil novecientos ochenta y nueve y que hoy tienen total vigencia: "Creo que esa es la herencia más importante que podemos dejar a las nuevas generaciones: la idea esencial de que hay que ser fiel a los principios y que hay solo una manera digna de sobrevivir en condiciones tan difíciles, siendo fiel a los principios".

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