Despues de un alarde por llegar al pais de la libertad y ponerse a gritar que tenia muchos deseos de dar comerciales en la television he aqui lo que paso despues que desapareciera su programa por baja aundiencia y logicamente bajos ingreso, asi justifica el hecho Carlos Otero:“Hace aproximadamente un mes que no salgo en cámara… me adentré tanto en mi trabajo que era totalmente opuesto a lo que venía haciendo por más de 30 años allá en Cuba y me fui olvidando de muchas cosas que no tuve el tiempo de valorar y de procesar… por ejemplo, mi familia… yo vine a este país para darle un futuro mejor a mis hijos… vine buscando libertad y nuevas aspiraciones en mi vida… y lo fui abandonando… no fue un abandono total, pero me centré tanto en el proceso de considerarme un exiliado y dejar un hijo atrás, que hace ya varios años que no veo… me encerré muchísimo en este mundo de la TV… nunca había trabajado en el día a día… esto es totalmente distinto... tienes que luchar con muchas cosas… yo venía de una TV muy tranquila y aquí me encontré con una libertad de expresión muy fuerte… a raíz de eso pasé muchas cosas fuertes en mi vida personal y la válvula se me explotó y caí en una depresión muy fuerte que no se la deseo a nadie… me sentí muy mal y muy solo… estuve en una cama tirado tres días, sin probar alimento, llorando… y toqué fondo… esto es algo que le ha sucedido a muchísimas personas… me sentí en un momento de mi vida que no me importaba nada… no voy a decirte que pensé en el suicidio, porque soy muy cobarde para tomar esa decisión… se me unió el cielo con la tierra y caí en ese hueco muy desagradable
Tomado del blog JM Álvarez (España) estas apreciaciones que puedo compartir porque lo conoci en la Habana, "Carlos Otero fue un famoso presentador de la televisión cubana, que optó por traicionar a su país de origen. Traicionar, sí. Una cosa es emigrar en búsqueda de mejoras económicas que un Estado del Tercer Mundo- que no explota a otros países y además sufre un bloqueo- no puede dar, y otra, muy distinta, introducirse en el mundillo mafioso, declararse exiliado, ganarse simpatías de manera farisaica, y alcanzar así "cotas mas altas", como conducir un programa televisivo de un canal basura de Miami. Otero no emigró, vendió su dignidad por un puñado de dólares.
Pero llegó la crisis, los niveles de audiencia bajaron y, como todo en el capitalismo, si no generas dinero eres arrojado a la exclusión social, que fue lo que a él le ha sucedido. Incapaz de buscar la equivalencia a causa de su cobardía, se lamenta de su situación, dando una de cal y algo más de arena, llamando a la explotación, “libertad de expresión muy fuerte” y echando la culpa en parte, al hecho de haberse olvidado de la familia. Hace tiempo, Otero dijo en Miami que en Cuba añoraba la libertad de papel del capitalismo. Hoy, hecho un guiñapo, su degradación física y moral constituye un ejemplo para los ilusos que aún creen en las “bondades” de un sistema agonizante".
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