La palabra calidad es pronunciada por casi todos y para muchos se autoevalúan como creadores, trabajadores con La Calidad. Pero se estará evaluando todos los pasos a tener en cuenta, se tendrá los requisitos que hacen que una actividad o realización pueda calificarse con CALIDAD.
La calidad no siempre es percibida de la misma manera, cada persona determina en cada momento cual es su calidad necesaria. Este es el gran reto en la Calidad, es decir hacer coincidir los mejores atributos en el instante que nuestros clientes demandan productos y servicios allí donde se encuentran para satisfacer la necesidad de esos momentos y en esas circunstancias.
La Calidad no es un atributo añadido sino que tiene formar parte de los productos y servicios desde su origen, en cada de uno de los contactos que tiene el cliente, en cualquiera de sus percepciones.
Ahora bien, llevemos este concepto a nuestro quehacer en la radio y comencemos por preguntarnos cómo es que se puede hacer un producto radiofónico con calidad. Cuando hacemos una creación esta debe estar respaldad por la garantía de un aseguramiento logístico material y humano poder lograr una realización con calidad.
La calidad no empieza en la puesta en antena de un producto comunicativo sino que termina cuando llega al oyente y comienza desde que surge la idea, la suma de elementos que convergen en el producto y que por separados deben tener un sello que garantice la calidad cada elemento donde se incluye la idea.
No será posible hacer un productote calidad cuando en el proceso asisten elementos que no reúnen estos requisitos. La Calidad se ha convertido en la única referencia capaz de hacer cambiar o de hacer fiel a los públicos de nuestros productos comunicativos.
La CALIDAD garantiza la permanencia de la audiencia en la medida en que seamos capaces de satisfacer las necesidades y expectativas de nuestros públicos. Por eso la calidad no es más que la diferencia entre las EXPECTATIVAS (lo que se espera) y la OBTENCIÓN (lo que es recibido).
La calidad debe crear en los oyentes la apreciación que lo que se le esta ofreciendo contiene los atributos que espera, que lo prometido es fiel y sincero, que se esta dispuesto siempre a auxiliarlo en lo que necesita, que inspiramos confianza por el nivel profesional que ostenta el colectivo y se logra empatia al hacer que los oyentes se sienta representados dentro del protagonismo social en que se desempeña. La calidad debe contar como su objetivo principal “dar más de lo que se espera”.
La realidad ha demostrado en otras esferas de servicio que el cliente concede mayor importancia a los aspectos personales que a los materiales de servicios. Por tal razón la amabilidad, respeto y cariño que podamos demostrar en el trato hacia el oyente estaremos creando una interacción oyente-comunicador donde atendamos las dificultades y necesidades y cuando no lo podamos hacer remitirlo o aplazar la respuesta para garantizar atenderlo como el espera que lo hagamos.
Hay autores que reconocen un grupo de principios para tener presente al consumidor de nuestro servicio de comunicación poniéndolo siempre en primer plano y la razón ser de nuestro trabajo.
Por tanto cuando no sentimos lo que hacemos o no tomamos en cuenta al oyente, los distanciamos del tema, nos creemos que somos los únicos que sabemos de lo que hablamos o le damos evasivas en el trato personalizado, este oyente seguramente nos abandonara.
Por lo tanto nunca estaremos terminando un programa porque cuando creamos eso no habrá nada que hacer. Pensemos que siempre estaremos empezando porque nunca tendremos todos los elementos que nos permitan conocer al oyente en su diversidad de aspiraciones y necesidades.
Lo anterior garantiza que busquemos como hacerlo mejor cada día, tratar de retener al oyente y hacerlo fiel al programa en cuestión. Eso es trabajar con CALIDAD avalada por sus oyentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario