Puede que alguien se cuestione que el desarrollo tecnológico y la técnica digital sea una realidad pero no para un país como el nuestro. Ese día pudiera estar más o menos en la distancia, lejano por la falta de recursos pero ya es una verdad y esa realidad hay que conocerla, prepararnos e ir introduciendo lo que nos sea posible. Hoy podemos crear una radio digital sin transmisores. De hecho ya existe y no hemos estudiado esa experiencia.
Entonces, el futuro probable estaría acompañado de emisoras segmentadas y de grandes contenidos que acompañan las parrillas de programación desde lo local. Espacios que toquen las necesidades del municipio, la cuadra, el barrio. La generalización quedaría reservada para las cadenas de públicos sin rostros y voces conocidas con perfiles diferentes a ese nivel de base. Las mañanas con sonidos de ciudad y olor a campo, serán el brillo del lenguaje radial que permita su sostenibilidad y permanencia en el dial.
Si la Teoría de las Asimetrías de la Información se refiere a situaciones en las que una de las partes involucradas en una decisión tiene más información acerca de una operación que la otra; esta información desigual puede llevar a una selección adversa, situación que se recrudece en un mundo de mercados globales y con una economía cada vez más centrada en el conocimiento.
Por lo tanto en el quehacer de nuestra radia hay que resolver esas diferencias acercando cada vez más al conocimiento sobre hechos de cualquier naturaleza y que constituyan motivos de interés para los públicos.
Aun se debate cual debe ser la radio cultural, educativa, de servicio público que logre interesar a los públicos que estén respaldadas por presupuestos y tecnología de punta por los gobiernos.
En muchos países de Latinoamérica, por solo citar países del área, se sigue jugando, engañando y traicionado a los oyentes con formulas vacías, de falsas esperanzas, plagadas de sorteo y adivinanzas que “prometen” resolver la pobreza y la miseria en que viven las mayoría de los pueblos de la región.
Esa no es la radio que aspiramos aunque aparezcan intentos miméticos foráneos como modo de refrescar o de incrementar las relaciones oyentes/programas.
Porqué mantener la creencia que la programación es inamovible, que espacios que se han trasmitido por varios años sometidos a la competencia de programas de otras emisoras que mantienen la primacía de la audiencia, por el solo hecho de la habitualidad de horarios dedicados a la información, tal es el caso de la revistas dedicadas a estos contenidos en la mañana.
Buscar la alternativa que permita a los públicos seleccionar, buscar e introducir aspectos o temas ausentes del medio y recurrentes en la sociedad es y siempre será motivo de novedad.
Cuando surge en un medio algo novedoso por constituir temas ausentes que supera esa etapa y se levanta con un producto comunicativo atractivo, ágil con un sello único inconfundible e interesante aun así requiere una vigilancia constante y la inyección de aspectos nuevos e interesantes que le mantengan la vitalidad. Nadie debe pensar que una bandera en la cima es símbolo de triunfo permanente porque otros pueden izar allí mismo otra más atractiva y arriar la existente.
Para ello se hace necesario desarrollar un intercambio de ideas de hacia donde dirigir los contenidos de los programas, realizar mayor movilidad y ubicuidad de la radio, trabajar en el modelo interactivo con temas latentes en la sociedad. Dar cabida a las reflexiones, análisis, debates de acuerdo a los objetivos del programa.
Es impostergable el uso de los resultados de las investigaciones sociales en la programación y apropiarse de las ideas que ayuden a mejorar cada producto radiofónico. Que todos los creadores cuenten con un caudal de datos y criterios aunque no siempre se han apropiado de los resultados.
Entones, ¿por qué escuchar una emisora local, cuando las ofertas de celulares permitirán escuchar radio, cuando la Internet ofrece paquetes diversos y con interesantes propuestas, cuando en el automóvil a través del satélite pasará de 20 0 30 emisoras locales a miles de opciones mundiales?. ¿Cómo reaccionará el mercado frente a este tema?. ¿Qué podrá hacer una emisora de cualquier nivel sea provincial o local?
Nadie puede esperar una receta de cómo hacer, eso pertenece a la reflexión del colectivo lidereado por un clima propicio a la creación. Buscar en la literatura lo último en la realización radial y traducirlos a nuestra realidad.
En estos tiempos donde las dificultades hacen crecer a la sociedad, la radio puede ayudar y acompañar en ese empeño de aliento, subrayar lo importante, incorporar los ejemplos a generalizar y servir de canal propicio para la alerta de lo que no se corresponda a la formas eficientes y responsables en que el país está empeñado para avanzar tanto en lo productivo como en los servicios.
Entonces, el futuro probable estaría acompañado de emisoras segmentadas y de grandes contenidos que acompañan las parrillas de programación desde lo local. Espacios que toquen las necesidades del municipio, la cuadra, el barrio. La generalización quedaría reservada para las cadenas de públicos sin rostros y voces conocidas con perfiles diferentes a ese nivel de base. Las mañanas con sonidos de ciudad y olor a campo, serán el brillo del lenguaje radial que permita su sostenibilidad y permanencia en el dial.
Si la Teoría de las Asimetrías de la Información se refiere a situaciones en las que una de las partes involucradas en una decisión tiene más información acerca de una operación que la otra; esta información desigual puede llevar a una selección adversa, situación que se recrudece en un mundo de mercados globales y con una economía cada vez más centrada en el conocimiento.
Por lo tanto en el quehacer de nuestra radia hay que resolver esas diferencias acercando cada vez más al conocimiento sobre hechos de cualquier naturaleza y que constituyan motivos de interés para los públicos.
Aun se debate cual debe ser la radio cultural, educativa, de servicio público que logre interesar a los públicos que estén respaldadas por presupuestos y tecnología de punta por los gobiernos.
En muchos países de Latinoamérica, por solo citar países del área, se sigue jugando, engañando y traicionado a los oyentes con formulas vacías, de falsas esperanzas, plagadas de sorteo y adivinanzas que “prometen” resolver la pobreza y la miseria en que viven las mayoría de los pueblos de la región.
Esa no es la radio que aspiramos aunque aparezcan intentos miméticos foráneos como modo de refrescar o de incrementar las relaciones oyentes/programas.
Porqué mantener la creencia que la programación es inamovible, que espacios que se han trasmitido por varios años sometidos a la competencia de programas de otras emisoras que mantienen la primacía de la audiencia, por el solo hecho de la habitualidad de horarios dedicados a la información, tal es el caso de la revistas dedicadas a estos contenidos en la mañana.
Buscar la alternativa que permita a los públicos seleccionar, buscar e introducir aspectos o temas ausentes del medio y recurrentes en la sociedad es y siempre será motivo de novedad.
Cuando surge en un medio algo novedoso por constituir temas ausentes que supera esa etapa y se levanta con un producto comunicativo atractivo, ágil con un sello único inconfundible e interesante aun así requiere una vigilancia constante y la inyección de aspectos nuevos e interesantes que le mantengan la vitalidad. Nadie debe pensar que una bandera en la cima es símbolo de triunfo permanente porque otros pueden izar allí mismo otra más atractiva y arriar la existente.
Para ello se hace necesario desarrollar un intercambio de ideas de hacia donde dirigir los contenidos de los programas, realizar mayor movilidad y ubicuidad de la radio, trabajar en el modelo interactivo con temas latentes en la sociedad. Dar cabida a las reflexiones, análisis, debates de acuerdo a los objetivos del programa.
Es impostergable el uso de los resultados de las investigaciones sociales en la programación y apropiarse de las ideas que ayuden a mejorar cada producto radiofónico. Que todos los creadores cuenten con un caudal de datos y criterios aunque no siempre se han apropiado de los resultados.
Entones, ¿por qué escuchar una emisora local, cuando las ofertas de celulares permitirán escuchar radio, cuando la Internet ofrece paquetes diversos y con interesantes propuestas, cuando en el automóvil a través del satélite pasará de 20 0 30 emisoras locales a miles de opciones mundiales?. ¿Cómo reaccionará el mercado frente a este tema?. ¿Qué podrá hacer una emisora de cualquier nivel sea provincial o local?
Nadie puede esperar una receta de cómo hacer, eso pertenece a la reflexión del colectivo lidereado por un clima propicio a la creación. Buscar en la literatura lo último en la realización radial y traducirlos a nuestra realidad.
En estos tiempos donde las dificultades hacen crecer a la sociedad, la radio puede ayudar y acompañar en ese empeño de aliento, subrayar lo importante, incorporar los ejemplos a generalizar y servir de canal propicio para la alerta de lo que no se corresponda a la formas eficientes y responsables en que el país está empeñado para avanzar tanto en lo productivo como en los servicios.
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