sábado, 25 de febrero de 2012

LA VOZ RADIOFÓNICA

La repetición de las mismas voces en diferentes programas es algo que denota pobreza en cualquier emisora pero al seleccionar unos medios tienen mayor campos que otros y ahí es donde quiero llamar la atención, tal es el caso de las emisoras municipales de municipio apartados donde no hay otros medios que utilicen esta especialidad.

Partiendo de la importancia de la palabra,  consustancial con la radio,  columna vertebral del sonido radiofónico al que no se puede prescindir por los creadores para conseguir éxito en el proyecto de comunicación radial. Este debe lograr acercarnos a la realidad narrada pero para ello debe cumplir con los requerimientos técnicos artísticos adecuados para cada proyecto en  correspondencia con el conjunto de  programas.

Todos podemos imaginar y decidir a la hora de seleccionar una voz que identifique un programa en una emisora nacional o  provincial donde existen varias fuentes de empleo de donde podemos escoger. Veamos en el caso de la emisora  municipal donde deben ser preparados en la provincia y allí someter al rigor de preparación a todos por igual y con los requerimientos que exige la profesión.

La carencia de multiplicidad de voces en las emisoras municipales requieren de estrategias puntuales en cada provincia aunque no todas  presentan la misma situación pero es algo que se debe tener presente y buscar alternativas que permitan palear los problemas que se puedan estar presentando.

No es posible dar recetas desde un trabajo como este pero llamo la atención que si queremos impactar en el oyentes con los mensajes y las reflexiones  la voz debe lograr ser la amiga, acreditar confianza, credibilidad, misterio, alegría, tristeza, belleza, fealdad, miedo, seguridad,  en fin,  transmitir estado de ánimos. La voz es, en definitiva, la estrategia a utilizar para hacer reaccionar al oyente y este pueda imaginar lo descrito.

Cada emisora municipal pudiera utilizar como recurso de motivación la realización  de talleres dirigidos por los profesionales del habla en funciones y lograr tener una cantera donde poder seleccionar una mayor cantidad de personas que ya tengan nociones de la profesión y estén en correspondencia  con las necesidades de la emisora.


Las dificultades presentadas por falta de variedad en las voces que se emplean no son solo en los municipios aunque se pueda acreditar como las de mayor urgencia. También en los medios de otros niveles requieren estructurar valores expresivos que le den identidad a la programación de cualquier emisora acompañado por el cuidado del diseño del perfil y la sonoridad que se emplea en toda la realización del producto comunicativo en específico de una emisora.

Lo referente al timbre, como elemento que le da identidad a la voz, por consiguiente, puede llegar a informar, más que cualquier otra cualidad acústica, sobre el aspecto del hablante, por lo que se perfila como una señal que facilita la construcción de un retrato  del locutor radiofónico identificado con facilidad por los  oyentes. La complejidad del timbre no siempre identifican  con rigor cuáles son las diferencias entre la imagen que se proyecta a través de la voz con el  físico concreto.

Cuando escuchamos la voz de alguien que nos habla a través de la radio, las características acústicas emergen al unísono (imagen proyectada e imagen real), de manera que se interrelacionan y constituyen el color de la palabra radiofónica.

Además de lo comentado hasta este momento, la voz radiofónica se consagra también como un instrumento de gran utilidad para ser trabajada desde otra perspectiva, porque como escuchar la radio no resulta ser lo mismo que participar en una conversación, se detecta que un correcto uso de la expresión oral por parte de quien emite la información, la descripción verbal, la estructura gramatical y las frases cortas, entre otros elementos, facilitan la comprensión.

Para todo ello debemos preparar a nuestros profesionales del habla desde cualquier nivel estructural de la radio y nos permitirá una mayor compresión por los públicos de los que les deseamos transmitir.

La variedad de timbres hacen más rica la comunicación y la posibilidad de identificar un proyecto sin que este se confunda  con otros. Debemos aclarar en lenguaje radiofónico como lo hemos señalado en otras ocasiones  la palabra no constituye el único elemento aunque si el primordial y por ello cuidar el timbre, tono, cadencia  e intensidad entre otras características deben ser centro de atención de los creadores y directivos a la hora de seleccionar al comunicador.

En la radio todos los que hablan deben cumplir este requisito si queremos lograr éxito que lo que se informa, en el mensaje que se transmite y la reflexión que se le propone a los públicos.  

Por último quiero llamar la atención sobre el empleo de la intensidad de la voz, resaltando su capacidad para expresar también actitudes emocionales. De hecho, las variaciones de intensidad son muy adecuadas para representar estados de ánimo y aspectos relativos al carácter de un determinado personaje: la agresividad, la cólera, el miedo, la tensión o el nerviosismo se ilustran con un volumen más alto que la tristeza, el cansancio, la debilidad o la depresión. Por otra parte, la intensidad ayuda a describir tamaños y distancias y, en combinación con la agudeza o gravedad del tono, refuerza la ilusión espacial de lejanía o proximidad.

Sobre el particular los profesores  Amparo Huertas y Juan José Perona llaman la atención:

“El tono es la impresión que nos produce la frecuencia de vibración a la que se manifiesta una determinada onda sonora. En el caso de la voz, la marca del tono (grave o agudo) viene dada por la cantidad de movimiento que se produce en las cuerdas vocales al emitirla, es decir, por el número de vibraciones que en ellas tienen lugar. Cuantas más vibraciones se produzcan, más aguda será la voz, más alto será su tono. Por el contrario, cuantas menos vibraciones acontezcan en la laringe -lugar en el que, como sabes, se genera la voz humana-, más grave será el sonido resultante, más bajo será su tono”.

Sobre este tema es necesario seguir profundizando pues la locución de hoy requiere una mirada diferente a décadas anteriores donde la programación era fundamentalmente grabada, en la actualidad se emplea con mayor fuerza la programación en vivo donde la improvisación tiene una presencia mayor y el nivel de preparación debe corresponderse con esas exigencias.




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