domingo, 25 de noviembre de 2012

Revolución cubana: un mundo de ideas y de sueños


No podría realizarse las obras en que estamos empeñados sin un campo fuerte de ideas propias y colectivas motivadas por el movimiento entusiastas de las personas que son la concreción de muchos de los sueños que nos animan e impulsan ha realizar esta gran obra social que tenemos como programa, diseñado tras un grupo de soñadores que quisieron asaltar el cielo para rescatar la justicia mal trecha por los gobernantes de turnos y que entregaban el país al capital extranjero. Si estamos de acuerdo en que un sueño es un conjunto de ilusiones y emociones puestas en la pupila del soñador, ordenada estructuralmente como si fuera la creación de un edificio en la mente de un arquitecto, entonces nos dará la razón la fuerza en que podemos proyectar las ideas de forma telúrica o de olas de grandes proporciones. Ante este fenómeno filosófico los hombres y mujeres construyen una sociedad inspiradas en las tradiciones de lucha que nos legaran desde Varela, nuestro Apóstol José Martí hasta los más recientes pensadores. Ese grupo de hombre puso proa desde las costas mejicanas en una embarcación llena de sueños, animadas por un torrente de ideas que carenaron en las montañas orientales. Cabalgando como Quijotes lograron sobrepasar la adversidad de los molinos que empujaban con fuerza eólica hacia las verdes montañas a estos hombres vestidos de verde como arboles que copaban la sierra. Para muchos no cabía pensar que un grupo pequeño de hombres se impusieran a un ejército preparado por la mejor técnica de aquel momento y con el más sofisticado armamento para unos infantes que se disponían pisotear los sueños y las ideas que habían volado hasta esta región montañosa de Cuba. Los partes oficiales hacían creer que solo en horas esa agitada tropa comanda por el líder cubano del siglo XX, Fidel Castro, estaría fuera de combate y que los sueños solo eran quimeras de un puñado de ilusos sin posibilidades de triunfo alguno. Entonces una voz irrumpe los aires para esclarecer, dar la versión verdadera de lo que en esas montañas estaba pasando, esa voz en el éter nombrada Radio Rebelde se convirtió pronto en la promotora de nuevos sueños y afirmación de las ideas que movilizaban a los revolucionarios para apoyar e incorporarse a ese pequeño ejercito que fue convirtiéndose en imbatible, triunfador, aglutinador. La revolución cubana marca un hito en Latinoamérica, se fue convirtiendo en un paradigma universal y hoy esos sueños e ideas ya no son solo de los cubanos sino de América Latina y el Caribe. Marcar la historia un con una fecha como el 2 de diciembre, es útil pero la transcendencia fue mayor para que seamos más libres e independientes que hace más de 50 años. Las nuevas generaciones conocen los hechos por los relatos sin embargo la revolución es una obra viva que todo los días nos da lecciones de altruismo y muchos no nos percatamos pues está incorporada como hechos naturales y cotidianos. Ello lo sabemos cuando un joven de otro país capitalista nos visita y ve la gigantesca obra puesta a disposición de todos y lo que para nosotros son realidades para muchos aun en el mundo son solo sueños.

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