Publicamos la segunda parte de la entrevista que realizara Alberto Cordovi el 10 de octubre del presente año a la Dra. Thalía Fung Riverón.
ACB .- Para algunos quizás es desconocida la conceptualización de nueva ciencia política…
TFR .- Ese concepto de nueva ciencia política, no fue nuestro, nos los adjudicaron, porque nosotros empezamos a plantear diferencias con la ciencia política occidental, la cual ha tendido a su agotamiento, ya que se ha circunscripto a marcos muy estrechos como son los europeos y Estados Unidos. Y nosotros planteamos que ¿dónde se reflejaba el pensar, el sentir, la conducta, las estrategias y tácticas de los países que no eran los altamente industrializados?
Maquiavelo como fundador de la ciencia política, se había referido a los príncipes italianos, eso después se extendió, y hubo una refundación con Sartori y Bobbio que son precisamente los que dicen que ya la ciencia política occidental se encuentra agotada.
Entonces, pensamos en la necesidad de una ciencia política alternativa, que trabajará las conductas de los países del Sur, de los países asiáticos, de los países africanos, porque si nosotros analizamos la historia de la filosofía, y la historia de las ideas políticas, vemos su falta de universalidad, ya que no estudiamos la historia de la filosofía de Egipto, Mesopotamia, de los países que fueron los que crearon los mitos que los griegos van a trabajar para crear sus propios mitos.
Allí no aparecía la India, China, es más, se consideraba tradicionalmente que eso era pre-filosofía, y que solamente, lo que más se asemejaba a la filosofía era el pensamiento judeo-alejandrino, no ninguna de esas reflexiones, pero la filosofía en tanto saber, en tanto reflexión generalizadora sobre los sentimientos, sobre la conducta sobre el pensar cotidiano, está desde que el hombre empieza a reflexionar sobre sus relaciones propias y con la otredad que es la naturaleza, o sea, que es la filosofía como saber.
Por lo tanto, nosotros hemos sido privados de un conocimiento que nos era necesario. Ahora eso se ha cambiado, o sea, que la propia nueva ciencia política nos ha obligado a reflexionar en las relaciones entre la pre-filosofía y la filosofía, y tenemos otra posición.
¿Por qué es una nueva ciencia política? Es nueva en tanto su alternativa no había existido antes, pero sus antecedentes están en el pensamiento de Marx cuando él trabaja la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, que dice “no es como plantea Hegel, el Estado el que crea la sociedad civil y la familia, sino al revés, son la sociedad civil y la familia las que se abstraen en esa súper-estructura que es el Estado”. Eso es un punto de partida, pero además se complementa con la Undécima Tesis de Carlos Marx sobre Feuerbach, cuando dice: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Pero ¿cómo pasar de la interpretación a la transformación? Para eso hace falta conducir la conducta de los hombres. Marx lo entiende cuando en el Manifiesto Comunista empieza con la filosofía política, relaciones burguesas y proletarios, pero va ascendiendo y ascendiendo, y cuando termina, el documento habla de las medidas de la democracia revolucionaria. Así que ascendió de una contradicción esencial del modo de producción, al comportamiento político, aunque si debemos ser estrictamente justos, diríamos que la nueva ciencia política surge con Lenin, porque Lenin es el que cambia la consigna de Marx de “Proletariados de todos los países uníos” por “Proletarios y pueblos oprimidos del mundo uníos”. Cambia los sujetos activos, cambia los protagonistas, porque en esos pueblos oprimidos estamos todos los colonizados, y esos colonizados que estaban ajenos a la actividad política, los llama a incorporarse, y por eso él dice que “las revoluciones irán hacia el Este”. Ahí están no solamente los proletarios, sino los campesinos en sus diversas capaz, los desempleados, los trabajadores por cuenta propia, la pequeña burguesía, los pueblos originarios. Todos aquellos que no caben en el concepto de obrero.
Ello no disminuye el papel del obrero, la construcción de una sociedad socialista requiere de la técnica, que solamente se da por un tipo de trabajo, como es el trabajo del proletario, que es un trabajo colectivo, dedicado, esforzado, de conjunto, porque otras formas de labor son diferentes, y no pueden producir ciertos resultados. O sea que todos tienen que conjugarse para llegar ¿a qué? a una sociedad diferente.
Ahora usted dirá, ¿y por qué eso también no es una ciencia política tercermundista? Es también una ciencia política tercermundista, pero no solamente tercermundista, porque en la medida que hay migraciones que van hacia el norte, del sur se puede llevar la llama hacia el norte.
Además, cuando uno analiza todo el pensamiento de los próceres, ellos intentaron y cambiaron el movimiento real. ¡Sí, ellos! Ellos también son fuente para una ciencia política nueva, lo que pasa es que no ha sido leído así, sino leído como el pasado, y eso no está mal.
Confucio dijo que “para entender el presente y el futuro hay que leer el pasado”, es cierto. Pero leer el pasado de forma completa, no como una narración de anécdotas y hechos, sino cuáles de aquellas cuestiones del pasado pueden trasladarse al presente y al futuro, y ¿cómo se reduce en política? Es en estrategias y tácticas. Eso es un pensamiento leninista que dice que “las conductas políticas, o sea, la actividad política tiene que materializarse, tiene que objetivarse, concretarse, en establecer científicamente cuál va a ser la conducta de dirigentes, de masas explotadas, de mediaciones, etcétera.
ACB .- Doctora. Por sus palabras se puede inferir que es precisamente ese el Enfoque Sur en la Ciencia Política.
TFR .- Nosotros le llamamos Enfoque Sur por la preeminencia que da José Martí al sur, ya que Martí dice cuando se refiere a la América, la América nuestra, “Nuestra América es del Río Bravo a la Patagonia”. Pero ese sur tiene un sentido no sólo geográfico, aunque también es geográfico, porque muchos especialistas dicen: “Hay no, pero eso es geografía”. Bueno un momento, pero es que cuando usted habla de formación socio-económica, Marx habla de geología, porque la palabra formación la toma de ahí. O sea, que el concepto científico implica que uno tenga un corredor común con otras disciplinas, porque la ciencia en realidad tiene que englobar a todo el conocimiento, no solo al conocimiento científico, sino también al conocimiento común. En ese sentido nosotros decimos que también es geográfico, pero fundamentalmente es político. Que quiere decir: los del sur son los de abajo. Si usted hace una ecuación ¿quiénes son los qué están en el norte? Los dirigentes. ¿Quiénes son los qué están abajo? Los que producen, los que trabajan, etcétera. A eso se refiere.
Ese denominador común está presente en un país, y en otro y en otro y en otro. Lo que hoy se materializa en, por ejemplo, en la consigna de los que dicen “Ocupa World Street” somos el 99 por ciento, y ellos son el uno por ciento. Y el uno por ciento lo quiere todo para sí, y nada para el resto. Pero no solamente respecto a las relaciones entre los hombres, sino asimismo a las relaciones con la naturaleza. El hombre se fue distanciando de la naturaleza hasta llegar al súper-hombre, y pensar que la otredad, la naturaleza no humana nada más que era para utilizar, pero es que nosotros somos también naturaleza humana, y naturaleza no humana, y sin ese intercambio no es posible ni la especie, ni el planeta.
Próximamente publicaremos la tercera y última parte de la entrevista que realizara Alberto Cordovi el 10 de octubre del presente año a la Dra. Thalía Fung Riverón.
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