martes, 1 de enero de 2013

Utilizar formas concretas para informar


En estos tiempos donde se debate como hacer un periodismo más efectivo, dinámico y en correspondencia con las necesidades de los públicos se hace imprescindible que se tenga en cuenta al utilizar los mensajes el estudio de la relación que existe entre el lenguaje y el contexto en que se este usando.

El tiempo, que hoy se torna con el emperador de la vida moderna, no permite rodear, dilatar o embellecer exageradamente lo que tenemos que decir. Lo que se debe contar hay que hacerlo de forma directa y a la vez atractiva en aras que nos lean, oigan o nos vean y lo más importante que se nos entienda.

Desechar formas ideales por concretas, eliminar los modos apologéticas y de autocomplacencia que desvirtúan la realidad y dan una imagen falsa, irreal.

Las investigaciones nos deben acompañar en este empeño donde podamos contrastar las fuentes y estar seguros que las informaciones que se trasladara al final son cercanas a lo real, al sentimiento de los públicos y ello hará creíble al medio y al profesional que la puso en la redacción para ser publicada.

Otro proceso al que no se puede renunciar es a la planificación temática de cada redacción y constituir la agenda propia. Tema que ocupara seguramente espacio en los debates del próximo IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC)

Si las nuevas tecnologías posibilitan la asociación entre ciencia geográfica y su contexto, y nos muestran un inminente desafío, el de la superposición-complemento-competencia de nuestro mundo real con un nuevo universo digital en expansión entonces la notoriedad de un hecho se hace presente en las agendas externas imponiéndose en nuestros medios, donde no en pocos casos, nos llevan a cometer errores por no verificar con otras fuentes.

No pocas veces escuchamos echarle la culpa al balcón ajeno de nuestras propias deficiencias y lo primero que debemos hacer cualquier profesional no importa la disciplina debe revisar lo hecho, someterlo a juicio crítico. En la tarea de hacer mensajes de comunicación no se puede desaprovechar la sabiduría de grandes de la profesión y la actualización de estos tiempos.

Señalamos un fragmento del estudio de Ana María Franqueza, donde nos plantea: “Conviene mencionar que el Análisis Crítico se preocupa de temas socialmente relevantes, por lo que los seguidores de esta tendencia buscan textos que podrían tener consecuencias reales en las vidas de un gran número de personas”.

Como se puede apreciar es importante buscar la posible connotación social que puede provocar un discurso donde provoque la reacción en bien o en mal de un grupo social determinado y por no analizar como se corresponde dejemos pasar aspectos que fueron sometido a un juicio superficial y sin tener presente la relación del público con el medio que emite el mensaje.

No solo basta preparar académicamente sino se tiene presente la ética del medio, no basta si se es profesional u orientado, vale el nivel de responsabilidad y profesionalidad en que se ejerce la función de comunicar.

Hoy la Radio tiene que multiplicar el servicio público y utilitario para los cubanos, lectores o oyentes fueras de fronteras y para todos los que se conecten a través de Internet para estar al tanto de la realidad del país. Eliminar la formalidad y el facilismo, con una programación que propicie debate, polémica y la participación directa.

El compromiso y el acompañamiento en las tareas de la Revolución debe ser el paradigma a las nuevas generaciones desde el ejercicio profesional conscientes, planificando asuntos que reflejen nuestra realidad, para poner fin al estigma de ser una prensa que no refleja la realidad en vivimos.

Esta muy lejos de mantener oculto lo que se debe saber con la prontitud que requiere cada hecho, cuestión o problema. Las estrategias están bien definidas, el reclamo de la Dirección del país es claro, nada de secretismo que en muchas ocasiones el enemigo lo usa para dar una versión distorsionada y aunque referida a un hecho concreto o simplemente un rumor es condimentada con elementos de desaliento, intentando provocar la desconfianza dentro de los ciudadanos. Esa “verdad” es publicada por todos los medios que desean ver lo que no ha sido posible en 54 años, el país hacia un rumbo capitalista, consumista, egoísta y desunido.

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