sábado, 23 de octubre de 2010

Pedro Pérez Roque, radialista más que apasionado



Escrito por Alfonso Cadalzo Ruiz

Pedro Pérez Roque recientemente galardonado con el Premio Espacio por la Obra de toda la Vida

En 1968, con sólo 23 años, un jovencito lleno de sueños y proyectos pudo entrar en el mundo mágico de la radio. Aquel muchacho nació el 19 de octubre 1945 en el camino real de Pesquero, municipio de Remedios, antigua provincia de Las Villas. El recién incorporado a la radio no debió haberse imaginado que al paso de pocas décadas llegaría a ser uno de los profesionales de la Radio Cubana con mayor experiencia y caudal, tanto en el orden práctico como teórico.

Siempre que me asalta una duda no vacilo en llamarlo y preguntarle, tal vez muchas veces a costa de invadirle la privacidad y el descanso de su hogar. La ocasión es siempre propicia para conversar acerca de la radio y aprovechar, reteniendo ávidamente, cuanta sugerencia me ofrece con la modestia que lo identifica. Así es Pedro Manuel Pérez Roque, cuyos artículos teóricos leo con mucha atención en este mismo Portal de la Radio Cubana en Internet. Es un profesional que jamás se cansa. Siempre está creando algo nuevo porque hacer radio es para él parte de su fisiología, lo mismo que respirar y comer; es también como el ejercicio físico diario que conserva la salud, rejuvenece y hace cada vez más fuerte. Con una pasión así no hay quien sienta cansancio. Las profesiones no cansan cuando se hacen parte de la propia vida y se disfruta de ellas.

Todo su quehacer se lo toma muy en serio y es de quienes a la hora de escribir un guión lo hacen convencidos de que en ese momento llevan a cabo una tarea tan importante como delicada; también pertenece al grupo de quienes consideramos que hace mucha falta profundizar más en el aspecto teórico, entendido éste como la manifestación de la experiencia práctica, del día a día en nuestro medio. Es por ello que Pedro no puede desvincular su afán como realizador de ese otro tan importante como es el quehacer pedagógico.

Semejante caudal de experiencias lo han convertido en maestro de radialistas cubanos y de otros países, como miembro de la Cátedra de Radio del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).

Un día, al conversar, quise enterarme de varios aspectos de su vida profesional, como lo primero que hizo en la radio y si hubo alguna influencia familiar. Fue cuando me respondió lo siguiente…

En 1968 me presenté para un curso de musicalizador de programas de radio y televisión, pero realmente la televisión no me atrajo y decidí que el medio donde podía emplear más la imaginación era en la radio. Los inicios no fueron fáciles porque en esa época a los nuevos no se les daba trabajos de responsabilidad, por ejemplo para poder musicalizar una novela pasó mucho tiempo y en el primer capítulo el director me hizo mil recomendaciones; estaba sustituyendo por vacaciones a un consagrado. Ese fue el primer crédito y después querían dejarme con el espacio, pero me negué porque no era mío el programa. Sí, te puedo decir que a partir de ese momento tuve más trabajo y confiaban más en mí. No tenía ningún vínculo familiar, ni lejano, con el medio y menos con la cultura.

Como directivo de Radio Taíno marcó pautas en la utilización de la publicidad en la radio

Pero desde que nos conocemos te conozco como uno de los cuadros de nuestra radio, ¿desde cuándo asumiste esas otras responsabilidades?

Muy pronto, siempre pienso que demasiado pronto, me designan Jefe de programación de Radio Rebelde y realmente me costó mucho trabajo porque no dominaba la actividad y sus características. Por ejemplo, debía aprobar los elencos de los programas dramatizados, pero no conocía las cuerdas de los actores y dependía de los directores y sus solicitudes y yo no podía tomar ninguna decisión, preguntaba mucho, asistía a los estudios para ver y comparar lo que me decían para ver si había entendido que era un actor genérico, de carácter, versátil. Como comprenderás en esa época ni pensar en formular una idea, un nuevo proyecto. Al año y medio fue que pude balbucear una decisión, ya después fui aprendiendo y comprendiendo mejor la tarea.

Desde luego, mucho estudio tarea que aún no he terminado. De esa época para acá ha llovido cantidad, imagínate que la misión de dirigir la empecé cuando llevaba 5 años en el medio y hoy tengo 42 y sólo llevo sin responsabilidad un año que, como sabes, tuve que solicitarlo por problemas que la salud no me permitía el mismo ritmo de antes, y esta es una actividad en la que hay que emplear muchas energías.

¿Qué me dices acerca de la responsabilidad que entraña hacer radio?

Mira la radio es un medio muy agradecido, y aunque fugaz, puedes ensayar las ideas muy rápido, modificarlas e incluso cambiarlas sin que entrañe muchos gastos. Lo primero que debes saber es para quien trabajas, tratar de acercarte a ellos y presentarles un espectáculo que impacte, que no se espere. Se además que no siempre se puede, pero se debe procurar que cada cierto tiempo nos salgamos de lo común y para eso hay que estudiar, pensar, investigar.

Pedro, además de director de programas, realizador y guionista, también ejerces el radioperiodismo. ¿Qué puedes decir acerca de esto?

Es una especialidad que respeto mucho por la responsabilidad que entraña, pero que es muy lindo hurgar en el pensamiento de la gente y hacerles llegar ideas, conocimientos, análisis, puntos de vistas y siempre cuidar que el público oyente debe apreciar y tener su propio punto de vista. Es muy difícil tener crédito cuando les damos todo a las personas y no les permitimos que ellos piensen. Hoy, y esta es mi apreciación, se producen tantas noticias y tantos puntos de vistas sobre un mismo hecho que los que ejercen el periodismo, si repetimos lo mismo, no ganaremos muchos créditos, en primer lugar porque no somos fuentes, somos facilitadores, no somos protagonistas, entonces se impone que ayudemos a comprender lo que en realidad ha pasado o está pasando. Esa es la razón de mi faceta en el periodismo, que lo comprendí mejor cuando estudié la maestría de comunicación social.

Actualmente sigues escribiendo guiones de radio. Algo de tus métodos para escribir, cómo desempeñas este oficio.

Escribir un guión me parece algo muy difícil, es un diálogo con el oyente donde le exponemos un tema y no lo podemos perder con datos y aspectos imposibles de retener, aunque sean reiterados. No es simplificar, es concretar con palabras claves un discurso capaz de reconstruirse de otra manera, y que el concepto esté claro. Para confeccionar un guión acumulo materiales, más de los necesarios para usar, pues resulta mejor que abunden y no falten. Busco la idea central y después me pongo a escribir; así hago siempre. Como mi carrera fue sobre el análisis de documentos y resúmenes, ese recurso me ayuda para escribir.

Eres uno de los principales teóricos de la Radio Cubana. Aportas elementos que no están en otros textos. Sería interesante conocer en cuanto a las motivaciones y la labor como profesor de Radio y Publicidad en el ICRT.

He tenido la apreciación que sobre la radio se teoriza poco y que hace falta hoy más que nunca porque existe una brecha muy peligrosa entre los contenidos y la tecnología en momentos donde todas las ciencias tienen un desarrollo vertiginoso, y donde la tecnología avanza a una velocidad insospechada. También he estado en eventos donde algunos académicos dan como poco probable la permanencia de la radio y que esta será sustituida por Internet. Como no estoy de acuerdo con eso y sí con que no podemos seguir haciendo las cosas como siempre, entonces me puse a investigar y a escribir sobre cómo, a mí criterio, debíamos avanzar en la radio. Quiero decirte que en esto le debo mucho al portal de la Radio Cubana, que me ha publicado muchos de mis artículos que hoy darían para compendiarlos en un libro. También he publicado en un portal de la Universidad del Perú y en Venezuela. Mis artículos han tenido cierto rebote internacional por personas estudiosas y hacedoras en la radio que los han glosado o simplemente los han publicados en su Blogs.

De acuerdo, ¿y en el quehacer como profesor, ya frente a los alumnos…?

En el Instituto de Periodismo con sus alumnos de comunicación
Sobre mi labor de profesor te puedo garantizar que me entusiasma impartir clases y lo hago con mucho gusto, creo lograr en los alumnos buena empatía y me planteo de acuerdo con el escenario de los alumnos realizar una especie de relato donde participamos todos, siempre prefiero ver en los estudiantes un grupo de personas que nos proponemos intercambiar sobre un tema, y quiero decirte que en cada clase aprendo mucho. Sobre Publicidad tuve la responsabilidad de conducir Radio Taino durante 15 años y este tema ya estaba casi olvidado o, cuando menos, los recuerdos no se correspondían con lo que se debía hacer en esta época donde la radio comercial no es una función de la Radio Cubana. Te puedes imaginar el esfuerzo que tuvimos que hacer todos y cómo armarnos de una filosofía entendible y creíble para incluso clientes extranjeros donde sus experiencias eran totalmente diferentes. Pues ahí están los resultados, una programación portadora de valores de cubanía, una comercialización modesta, pero limpia de aspectos deformantes y sí una alta correspondencia con la cultura cubana. Lógicamente aquí había que tener muy definidos los pasos porque los errores debían tener padres y madres, y no fuesen huérfanos, como en ocasiones les pasa a los errores que nadie quiere ser el padre; sin embargo, para los éxitos aparecen sólo los progenitores.

En cuanto a la difusión de la música en la radio actualmente, ¿qué opinas? Aspectos positivos y aspectos negativos.

Ese tema me agrada mucho que lo hayas traído a esta entrevista porque soy de la opinión que hay muchos criterios negativos sobre lo que hacemos con la difusión de la música cubana fundamentalmente, pero son poco los que aportan un dato, una investigación o un monitoreo serio. No creo que todo está hecho, falta mucho en este camino, pero tampoco podemos admitir que es un desastre. Hoy el nivel general de los directores de programas es alto y de mucha experiencia. La sonoridad ha cambiado en el entorno y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de conformar un programa, no se puede traer sonidos de otras épocas si no preparamos al auditorio, en este caso al oyente, al menos cuando no sea un programa especializado que es otro el fenómeno. Hay que incorporar y alertar el consumo que se hace de sonoridades en ocasiones foráneas, pero no discriminarlas porque el oyente lo sale a buscar y se desconecta de la radio y esta deja de ayudar, de explicar y de argumentar el porqué de las cosas. Sobre este tema estoy preparando un artículo que te invito a que leas en cuanto lo publique, se que va a ser polémico.

Gracias, con todo gusto seré uno de los primeros en leerlo. Y aunque te ofrezco disculpas por hacer tantas preguntas, si me lo permites me gustaría saber: Acerca del arte de escribir para la radio, desde tu punto de vista, qué debiera y qué no debiera ser.

Bueno, realmente sobre esto no tengo mucho que aportar pues no me creo autorizado para ello; ahora, te puedo decir que es un oficio de mucho sacrificio, talento y búsqueda para que cuanto se escriba sea agradecido por el público. Internet aporta mucha información, pero también desvirtúa muchas cosas y no se debe caer ingenuamente en las pretensiones que inducen los grandes medios para que reproduzcamos desde su punto de vista. El facilismo no es saludable para ninguna actividad, aquí es dañino porque no se aporta nada al publico receptor que espera algo instructivo, enriquecedor.

Y de la Radio “EN VIVO”, Radio “ENLATADA”. Virtudes y defectos de cada modalidad. Criterios en cuanto a las razones para UNA y OTRA.

Pienso que la mayoría de la programación debe ser en vivo por su frescura, proximidad, inmediatez, pero requiere de una elevada preparación. El colectivo creativo debe planificar muy bien los temas con tiempo y aunque debe tener cabida lo espontáneo, lo inmediato, lo que está pasando al momento, hay que trabajar sobre el tema central que conduzca a la participación tanto de especialistas, profesionales del medio como del oyente, ello hará más VIVO el programa. Tampoco se puede desechar el programa grabado cuando su estructura está planeada para la recreación artística de temas de mucha responsabilidad, y donde el equívoco puede ser enmendado. En una programación, estos (los grabados) están en los llamados programas especializados, casi siempre.

¿Cómo se vislumbra el futuro ante las nuevas tecnologías?
Pedro Pérez Roque es una cátedra de la Radio Cubana

Las nuevas tecnologías nos están imponiendo un reto y mi preocupación es si verdaderamente estamos conscientes de lo que esto entraña para los profesionales de la radio. La única manera de enfrentarlas es estudiando sus posibilidades, experimentar y utilizar en todo lo posible lo que ellas disponen para la creación radial. Te puedo asegurar que no se están utilizando todas sus potencialidades. Otra alerta es que lo que ya tenemos es sólo el inicio, que sucederá mucho más que ni lo podemos imaginar, y para la radio no está lejos.

Con tantos años en la radio, es de imaginar ocurrencias, anécdotas, hechos que tal vez ayer asustaron y que hoy provocan risa. ¿Por qué no revelas aunque sea uno en tu caso?

Cuando empecé como musicalizador me pidieron una música irreal y yo no sabía qué era eso. Le consulté a un consagrado de la musicalización para que me ayudara, y me preguntó: - ¿música irreal? Eso es algo que no existe como tal, ¿verdad? – y me indicó un disco que estaba lleno de “scratch”. Me fui para el estudio con mi disco bajo el brazo, y cuando llegó el momento de ponerlo el director me dijo: - ¿qué es eso? – Entonces yo le respondí: - música irreal, ¿no? – Todo los que estaban allí se echaron a reír y pasé una pena tremenda, me habían engañado por ser nuevo en la especialidad.

Fuiste galardonado recientemente con el Premio ESPACIO, por la Obra de la Vida, de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales. ¿Qué representa esta condecoración para Pedro Manuel Pérez Roque?

Desde luego que mayor compromiso con el medio y con la Asociación de Comunicadores Sociales, y por otra parte aspirar a que nos permitan transmitir nuestra experiencia a los que se inician para que, por lo menos, no cometan los errores que cometimos a lo largo de estos años.

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