domingo, 23 de septiembre de 2012

Las elecciones en Cuba


Las elecciones en Cuba tienen características diferentes a la de cualquier otro país pero son nuestras elecciones. Ellas están amparadas por ley y todos los ciudadanos tienen derechos a elegir y ser elegidos de manera democrática y cada candidato es elegido en el barrio. No son postulados por ningún partido político, pues el pluripartidismo en nuestro país no resolvió ningún problema antes del 1959 del siglo pasado. Tampoco los ciudadanos tienen que aportar ningún dinero para estas campañas y los candidatos solo deben ser, a vista de todos los electores, digno de representar el interés del pueblo en el nivel al que sea acreedor. Estamos acostumbrados al cacareo que siempre se forma a través de los poderes mediáticos y de manera bien burda los objetivos propuestos no son más que vender el sistema como se vende cualquier otro producto, filosofía y objetivo supremo de los grandes imperios mediáticos que muestran a Estados Unidos como una democracia ejemplar, regida por el llamado "sueño americano de la libre competencia", donde todos tendrían "iguales posibilidades de triunfar". Lo cierto es que la arrolladora concentración de la propiedad ha hecho desaparecer a numerosos medios locales, en particular radios, periódicos pequeños y empresas periodísticas familiares, cerrando allí fuentes de trabajo y limitando la "libertad de expresión". Cómo puede ser que alguien crea en esa democracia donde mezclan principios éticos con acciones bochornosas como por ejemplo cuando fomentan la tranquilidad ciudadana y por otra parte plagan al cine y la televisión de productos de violencias sin tener en cuenta la composición etaria posible de ver estas formas de “recrear”. Las campañas electorales en ese país se basan en los derechos de todos por igual, en la no discriminación pero los medios audiovisuales se encargan de mostrar como esa sociedad esta amenazada por ladrones y asesinos emigrantes y marginados. Promulgan la verdad como libertad expresión sin embargo la violencia en su propio país constituye una amenaza a esa sociedad. Sin embargo la fábrica solo promueve productos comunicativos para demostrar la inseguridad que constituyen países como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua entre otros de la región. Lógicamente practicar la libertad de expresión solo le pertenece a los ricos porque los pobres no deben tener nada interesante que decir porque son unos “ignorantes”. Así esta diseñada la prensa en ese país y es, a pesar de muchos, paradigma de incautos e ilusos que no quieren ver ni leer estas realidades. Por solo referirnos al actual mandato de los Estados Unidos, heredero de unas cuantas guerras en Oriente Medio y promotor de golpes de Estados en Honduras, Paraguay y, no obstante los fracasos, no ha cejado como renovar nuevas formulas que den al traste con el derrocamiento de los gobiernos democráticos de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Desde el siglo XIX José Martí afirmaba que las elecciones en los Estados Unidos era un problema de dinero y no de partidos políticos, quien fuera capaz de reunir mayor cantidad era lógicamente el vencedor. En ese sentido el escritor norteamericano Mark Twain denunció la corrupción del sistema político de su país y desnudó la podredumbre la cual permitía que los asientos parlamentarios fueran comprados tal cual objetos en subasta. Si desde muy temprano se sabe como se trabaja las campañas donde los gastos son millonarios como en la última elección presidencial, donde salió electo el señor Barak Obama, que nos pueden mostrar como valedero de imitar, para quienes constituirán paradigma esa democracia pluripartidista y de política monolítica. Nuestro sistema es perfectible como cualquier obra humana pero no tiene nada que aprender ni incorporar a nuestra democracia ni a las elecciones aunque ya están publicando cuantas ventajas pudieran resultar flexibilizar e incorporar a la vida política el pluripartidismo por solo citar un ejemplo. Los partidos defienden en los Estados Unidos un solo un modo de vida, el modo de vida americano, esté quien este en el poder, unos más otros menos, pero con los mismos objetivos. La vida americana solo les pertenece a los ricos y los pobres, emigrantes, indios y afrodecendientes, como no son los menos letrados pues no tienen ninguna posibilidad. Estas líneas solo son un mínimo de argumentos tomados muchos de sus propios hijos que ven como Estados Unidos, aun país rico, quiere erigirse como el dueño del mundo y sin embargo ha estado abandonando el suyo propio en detrimento de lo menos poseídos. Nuestras elecciones son muestras de transparencias, los delegados son del barrio de donde todos lo conocen, solo el pueblo es quien tiene la facultad de proponer, nominar a los candidatos y de elegir. El voto es un derecho constitucional y un deber cívico que se ejerce de manera voluntaria. Es libre, igual, directo y secreto y cada elector tiene derecho a un solo voto. El escrutinio es público, se hace lectura del acta y se ubica una boleta con los resultados. Este proceso esta precedido por principios revolucionarios y con las banderas de perfeccionar el socialismo, tarea que nos corresponde a los cubanos honestos y sacrificados por hacer un país más fuerte y lograr que el modelo económico sea eficiente y eficaz. Para concluir propongo hacerlo con este pensamiento de nuestro Héroe Nacional, José Martí: “…Todos los cubanos revolucionarios que contribuyan activamente a la revolución tienen derecho de delegar la autoridad revolucionaria que llevan en sí, en quien les parezca conveniente y de dar su opinión sobre el espíritu y los métodos de la obra a que contribuyen.

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