domingo, 10 de febrero de 2013

Utilizar formas concretas para informar.


En estos tiempos donde se debate cómo hacer un periodismo más efectivo, dinámico y en correspondencia con las necesidades de los públicos, se hace imprescindible tener en cuenta al utilizar los mensajes el estudio de la relación existente entre el lenguaje y el contexto en que se esté usando. El tiempo, el emperador de la vida moderna, no permite rodear, dilatar o embellecer exageradamente lo que debemos decir. Hay que contar historias de forma directa y a la vez atractiva, en aras de que nos lean, oigan o vean y lo más importante, nos entiendan. Desechar formas ideales por concretas, eliminar los modos apologéticos y de autocomplacencia que desvirtúan la realidad y dan una imagen falsa, irreal. Las investigaciones nos deben acompañar en este empeño, cuando podamos contrastar las fuentes y estar seguros de que las informaciones son cercanas a lo real, al sentimiento de los públicos, ello hará creíble al medio y al profesional que las puso en la redacción para ser publicadas. Otro proceso al que no se puede renunciar es a la planificación temática de cada redacción para constituir una agenda propia, tema que ocupará seguramente un espacio en los debates del próximo IX Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), a celebrarse en julio de este año. Si las nuevas tecnologías posibilitan un acercamiento a realidades de diversos contextos, pese a las distancias geográficas, y nos muestran además un inminente desafío, el de la superposición de nuestro mundo real con un nuevo universo digital en expansión, entonces la notoriedad de un hecho no sólo puede hacerse presente en múltiples agendas externas, sino que llega a imponerse en nuestros medios, y en no pocos casos, nos llevan a cometer errores por no verificar con otras fuentes. En un mundo de tan alta competitividad, como lo es el escenario de los medios de comunicación hoy día, una cualidad que debe marcar el trabajo de cualquier profesional, sin importar la disciplina a que se dedique, debe ser la revisión de lo hecho, someterlo a juicio crítico. En la tarea de hacer mensajes de comunicación no se puede desaprovechar la sabiduría de los más experimentados de la profesión y la actualización de estos tiempos. Señalamos un fragmento del estudio de [1]Ana María Franqueza, donde nos plantea: “Conviene mencionar que el Análisis Crítico se preocupa de temas socialmente relevantes, por lo que los seguidores de esta tendencia buscan textos que podrían tener consecuencias reales en las vidas de un gran número de personas”. Como se puede apreciar, es importante buscar la posible connotación social que tiene en diferentes grupos sociales un discurso determinado, pues puede provocar reacciones en beneficio o perjuicio por no aportar el análisis que corresponde o dejar pasar aspectos considerados superficiales o que no han tenido en cuenta la relación del público con el medio emisor del mensaje. No sólo basta prepararse académicamente si no se tiene presente la ética del medio, no basta con ser profesional, vale el nivel de responsabilidad y profesionalidad con que se ejerce la función de comunicar. Hoy la Radio tiene que multiplicar el servicio público y utilitario para los cubanos, lectores u oyentes fuera de frontera y para todos los que se conecten a través de Internet, con el fin de estar al tanto de la realidad del país. Eliminar la formalidad y el facilismo, con una programación que propicie debate, polémica y la participación directa. El compromiso y el acompañamiento en las tareas de la Revolución debe ser el paradigma para las nuevas generaciones desde el ejercicio profesional consciente, planificando asuntos que reflejen nuestra realidad, para poner fin al estigma de ser una prensa que no refleja la realidad en que vivimos. Con la aparición de internet y el desarrollo de las nuevas tecnologías se borró de un golpe el monopolio informativo, pues las noticias o acontecimientos se conocen con mucha prontitud. Las estrategias están bien definidas, el reclamo de la Dirección del país es claro en cuanto a acabar con el secretismo, muchas veces utilizado por el enemigo para distorsionar la realidad, condimentar con elementos de desaliento, intentar provocar la desconfianza dentro de los ciudadanos. No es esa la verdad de Cuba en 54 años de Revolución. ________________________________________ [1] Franquesa S, Ana María. BREVE RESEÑA DE LA APLICACIÓN DEL ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO A ESTRUCTURAS LÉXICO-SINTÁCTICAS. Universidad Tecnológica Metropolitana de Santiago

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