
Los revolucionarios cubanos emergen de las tradiciones de luchas del siglo XIX y los patriotas de inicio del siglo XX, que bajo el ideario martiano como filosofía y el ansia libertaria, promovidos por el socialismo, fundamentalmente por la Unión Soviética, entendieron que la única salida para terminar con la dictadura imperante era la lucha armada.
América Latina que llevaba más de siglo y medio de independencia de la metrópoli española sufría en esta época, de mitad del siglo XX, los desmanes de dictaduras en Cuba, Venezuela, República Dominicana, Haití, Nicaragua, Paraguay bajo el padrinazgo del gobierno de Washington.
La situación en la región latinoamericana enfrentaba graves problemas, sobretodo por la dominación a que los tenían sometidos los Estados Unidos, no solo a los países dictatoriales sino en casi todos, muestra de ello fue el aislamiento a que se sometió a Cuba desde muy temprano a su triunfo.
Sin embargo, el principio de solidaridad es declarado por Fidel cuando expresó en el Parque Central de Nueva York: sembremos fe y estaremos sembrando libertades; sembremos aliento y estaremos sembrando libertades; sembremos solidaridad y estaremos sembrando libertades.
Consecuente con este principio heredado, como lo señalara el Doctor Armando Hart, que la tradición espiritual de la nación cubana esta formada por las ideas esenciales de la política de nuestra Revolución triunfante el primero de enero de mil novecientos cincuenta y nueve.
Para Hart esta relación comienza con Félix Varela que nos enseñó a pensar; Luz y Caballero nos enseñó a conocer, José Martí a actuar y Fidel Castro a vencer.
La Revolución Cubana ha tenido que enfrentar en estos cincuenta años al gobierno de los Estados Unidos desde los mismos inicios del triunfo. Por eso uno de los primeros pasos de la política exterior fue la de insertarse en el sistema de relaciones políticas internacionales, en especial, en su región geográfica natural, la América Latina y el Caribe.
Nuestro comandante en jefe en un programa de televisión en los primeros meses del cincuenta y nueve advertía: “Una de las primeras cosas de las que deben convencerse los pueblos de América Latina, es que tienen que eliminar ese cáncer que se llama las castas militares, y que constantemente están en acecho de los pueblos para tratar de subyugarlos”
Siguiendo las ideas de su autor intelectual de las acciones del Moncada, Fidel en enero del primer año de la Revolución, en conferencia de prensa en el Hotel Riviera declaró: Yo quisiera, un sueño que tengo en mi corazón [...] ver un día a la América entera unida [...] ser todos una sola fuerza como debiéramos serlo, porque tenemos la misma raza, el mismo idioma y el mismo sentimiento.
La acción de la Revolución Cubana en estos cincuenta años ha sido consecuente con el pensamiento de revolucionarios como Bolívar y Martí que soñaron con que un día esta región fuera una gran nación.
Así lo soñaba Bolívar cuando en Jamaica expresó que: “[...] Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, deberían, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse”.
En América Latina y el Caribe son muchos los ejemplos que se pudieran poner de la participación de cubanos en una u otra actividad para apoyar a los ciudadanos que han necesitado el apoyo de profesionales cubanos.
Médicos, educadores, deportistas, constructores han participados en campañas de alfabetización, operación milagro, ante fenómenos naturales como en Chile, Perú, Nicaragua y Méjico.
Por miles se cuentan los estudiantes que han estudiado y estudian en Cuba de cualquier país por aparatado que éste este como Viet Nam y China.
A pesar de ser Cuba un pequeño país sometido a una ininterrumpida, rigurosa e implacable guerra económica por parte de los gobiernos de turno de Estados Unidos, desde mil novecientos sesenta hasta el presente año se han brindado asistencia técnica en el campo de la salud a más de ciento sesenta países y territorios.
La colaboración de Cuba en la salud y la educación dan muestra del principio humanista de la Revolución Cubana que pudo formar profesionales para lograr tal hazaña, pues en los primeros años de la Revolución se marcharon del país alrededor del cincuenta por ciento de los médicos.
En el fortalecimiento de ese principio de altruismo funciona la Escuela Internacional de Medicina donde cursan estudios estudiantes de varios países y su primera graduación de mil seiscientos médicos se realizó en el dos mil cinco.
Un importante lugar en la colaboración médica cubana con países amigos lo ocupa Venezuela, donde el personal de salud ha realizado una encomiable labor llevando asistencia médica a lugares de los cerros y otros sitios intrincados donde no existía este servicio de salud.
En plan conjunto Cuba y Venezuela para la formación de médicos de vanguardia a la luz del ALBA bolivariana se llevan a cabo en estrecha cooperación con los ministerios venezolanos de Enseñanza Superior y Salud Pública.
Por su parte en Cuba se inició, conjuntamente a Venezuela, el desarrollo de un programa para formar médicos de los países latinoamericanos y caribeños.
Este empeño de colaboración en la formación de profesionales de la salud constaría en los Estados Unidos formar cada medico, alrededor de unos 300 mil dólares. De hecho, en Cuba se están formando miles de médicos para el Tercer Mundo, con lo cual se realiza una contribución al bienestar de esos países de un valor humano y económico incalculable.
En este empeño la Revolución ha sido consecuente con el pensamiento martiano quien señaló: “Pero los cubanos, como un estratégico famoso, saben que no se ha de hacer nada de lo que desean que hagamos nuestros enemigos”.
Cuantas mentiras e intrigas se han tejido tanto de los cubanos que cumplen este honroso deber como a los países que reciben esta ayuda solidaria. Por eso se hace muy actual la frese de Marti cuando sentencio: “Levantarse sobre las intrigas es levantarse sobre serpientes”.
No obstante estas campañas del enemigo, los profesionales cubanos de la salud han trabajado en países de tres continentes del tercer mundo, llevando la asistencia médica profesional a millones de personas carentes de la misma, en lugares de muy difícil acceso donde han desarrollado la medicina preventiva y han laborado en campañas epidemiológicas
Nuestros colaboradores no están en las ciudades, en hoteles o mansiones con todas las comodidades sino que han participado en situaciones peligrosas y en numerosas escenarios de desastres naturales brindando su ayuda desde los primeros momentos de producidos éstos. En la actualidad se cuenta con un equipo permanente de médicos y paramédicos para trabajar en condiciones de desastres en cualquier sitio del mundo.
Por eso nuestra Revolución hoy cuenta con el prestigio y es reconocido los sacrificios que sus hijos realizan para llevar el aliento de apoyo en que nos hemos educados y por eso hacemos patente el pensamiento de nuestro Héroe Nacional José Marti cuanto sentencio: “hacer lo que conviene a nuestro pueblo, con sacrificio de nuestras personas; y no en hacer lo que conviene a nuestras personas con sacrificio de nuestro pueblo”.
A pesar de estos logros que son muestras de la generosidad de un pueblo, de su desprendimiento solidario existen quienes no quieren ver la obra de la revolución cubana, les molesta el prestigio alcanzado por nuestro pueblo.
Y aunque estamos sometidos al peor bloqueo de la historia de la humanidad, algunos quieren hacernos ver que las dificultades por la que hemos atravesado en estos cincuenta años no están relacionadas al proceder de las diferentes administraciones de los Estados Unidos.
Por estas razones el investigador, Doctor en Ciencias, José Ramón Herrera nos recuerda: “que el día 8 de enero de 1959 en Columbra, hoy Ciudad Libertad, en el discurso de las palomas Fidel nos dice; duro y largo ha sido el camino pero no cabe duda, que nadie se llame ha engaño, que de ahora en adelante las cosas serán mucho mas difícil.
Muchos no entendimos aquello, pensábamos que no podía existir algo más duro que haber luchado contra un ejecito profesional y derrotarlo. Inobjetablemente que todo lo otro seria más fácil. Pero nos quedaba entonces las peleas, las batallas contra la invasión, contra el bloqueo, contra precisamente el engaño.
Largo y difícil ha sido el camino para llegar al cincuenta aniversario de su Revolución con fuerzas para continuar por tiempo indefinido”. Cuba constituye un ejemplo para el mundo, nadie puede negar los avances en el orden social que hemos alcanzado y para ello la principal arma que hemos empleado es, como dijera Marti: “La honradez es el vigor de la defensa de lo que se cree”
No hay comentarios:
Publicar un comentario