viernes, 1 de enero de 2010

FIDEL: MI COMANDANTE

Los cubanos nos sentimos orgullosos de tener a Fidel Castro con sus 82 años de vida y más de 60 dedicados a la lucha por el bienestar de su pueblo y los pueblos del mundo. En su misión de conducir los destinos de Cuba, asumió la rebeldía que ha caracterizado a los hijos de esta nación, sedimentada durante los cuatro siglos de colonización española, con la resistencia de la población aborigen, simbolizada por Hatuey. Figuras ilustres como el presbítero Félix Varela y José de la Luz y Caballero que contribuyeron a forjar el sentimiento independentista cubano.
Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de La Revolución que comenzó en La Demajagua el 10 de octubre de 1868. Antonio Maceo, Máximo Gómez, Ignacio Agramonte y tantos patriotas que simbolizan el espíritu de lucha por la libertad de Cuba ante enemigos poderosos y sin escrúpulos.
José Marti forjador de una nueva estrategia de unidad para la lucha, aglutinador y creador de un partido que articulara a los “nuevos pinos”, como él le llamó a las nuevas fuerzas revolucionarias, con los aguerridos combatientes de la guerra de los 10 años. La resistencia de los revolucionarios de la seudo republicada unidos trabajadores, campesinos y estudiantes que renovaban el pensamiento más avanzado de esa época.
Las universidades se fueron transformando, desde José Antonio Mella, en fragua de revolucionarios donde guardaba un pupitre, en la Facultad de Derecho, con toda esta carga de tradiciones y pensamientos revolucionarios para que fuera ocupado por el estudiante Fidel Castro, alumno que aprendió, como ningún otro, a incorporar esas tradiciones de lucha en ideas avanzadas de un pensamiento Martiano que terminara con la explotación, el abuso, los crímenes, poner fin a la discriminación del negro y la mujer, la miseria, el hambre, el desempleo, el analfabetismo, el negocio de la prostitución y del juego y la entrega del país a gobiernos foráneos

Desde muy temprano el pensamiento de Fidel, inspirado en el ideario martiano, no solo estaba relacionado con transformar a Cuba en país donde los ciudadanos tuvieran derecho a la educación, la salud y la seguridad social. En desarrollar en cada compatriota la capacidad intelectual que permitiera interpretar los avances de la ciencia y la técnica y que éstos fueran puestos al servicio de toda la sociedad, sino que con ello habría que cumplir con la deuda de gratitud que a través de la historia muchos ciudadanos extranjeros aportaron en las luchas revolucionarias cubanas. La práctica del internacionalismo ha sido un principio que ha favorecido a muchos países del tercer mundo en innumerables actividades desde la defensa de la soberanía de pueblos en África hasta la formación de profesionales en las aulas de las escuelas de medicinas, de deporte y otras disciplinas de casi todos los continentes incluidos los más humildes de los propios Estados Unidos.
Hoy se cuentan por miles los cubanos que ha participado en decenas de países y han vivido juntos a los más necesitados, personas sin recursos a los que se le ha atendido pero también han recibido de estos el cariño, el afecto que a pesar de la desinformación que sobre Cuba existe fuera del país no han podido evitar que se conozca “Mi Comandante”, como mucho lo llaman, lo han hecho suyo porque saben que ha sido el inspirador en cada cubano de esta practica humanista y desinteresada, el altruismo es la mejor bandera que se exhibe y que todos reconocen aun por aquellos que nos quieren destruir. Este faro de esperanza que alumbra cada día con mayor fuerza y que para orgullo de todos los pueblos hoy comienza a tener luz en otras regiones del mundo y en particular en América Latina.
Fidel no solo ha conducido una revolución sino que, con su ejemplo, ha logrado formar un pensamiento político en la sociedad cubana que le ha permitido gozar de un prestigio internacional que ni los enemigos de la Revolución han podido obviar. Ha formado generaciones de cubanos que permitan garantizar la continuidad para cuando los protagonistas y líderes históricos no estén. Con su concepto de Revolución ratifica que esta obra no es estática ni perfecta sino que su mejor virtud es la continua y exigente mirada a lo que se hace y saber detectar lo que se debe mejorar o cambiar para que exista en Cuba: Más Revolución, más y mejor Socialismo.

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