jueves, 19 de julio de 2012
Una propuesta para lograr eficacia en la comunicación
El papel de los medios de estos tiempos, en particular la radio, urge se pongan al frente de las comunicaciones utilizando como recurso la participación interactivas con sus públicos desde todas la estructuras.
Reconocer lo que hay que hacer para ponerse a tono con las realidades y necesidades de los públicos tienen que ser acompañadas de las debidas acciones potenciando en los contenidos para esclarecen, alentar, potenciar los valores y alcanzar la socialización de los mejores resultados así como de aquellos que aun no alcanzan los niveles esperados.
Destacar los temas nacionales, locales, las afectaciones de las comunidades desde el magisterio de nuestros radialistas empleándolo en el discurso radiofónico para lograr convicción, credibilidad y movilización hacia soluciones sociales a las que pertenecemos para no dejar brecha a que se pueda pensar en la solución esperando por otros y no por si mismo como en ocasiones sucede.
Los valores sociales que nuestros medios deben promover deben contemplar todas las estructuras etarias de la sociedad y solo diferenciarse en el lenguaje para mejor comprensión en cada segmento poblacional.
Requerimiento a tener en cuenta para lograr una eficaz comunicación, al parecer descuidadas, por algunas estructuras de las que nos valemos para hacer llegar un mensaje a los oyentes a través de programas que han agotado algunos auditorios y han cedido por cientos significativos de sus audiencias.
El recurrir a fuentes de información de los que todos tienen accesos y repetir casi con la misma redacción que otros medios y a la misma hora aproximadamente es algo a lo que se imponen un estudio rigoroso para proponerse modificaciones tanto estructurales como de contenidos en esos segmentos horarios.
A primera hora de cada emisora aparecen revistas informativas sin que ellas se diferencien unas de otras y se tenga en cuentas los perfiles diseñados lo que ocasiona gastos sin respaldo de audiencia y, en sentido económico, por cada oyente que oye se encarece en relación con otras emisoras que tiene mayores audiencias.
Cuidar de no caer en las trampas que nos tienden diariamente los “megamedios” con agendas informativas, desnaturalizadas de nuestras propias agendas, que procuran llamar la atención sobre problemas o sucesos para disminuir la observación sobre aspectos medulares provocados por el poder económico que sustentas esos propios medios.
Hoy el pensamiento hegemónico pretende ocultar ya no solo el paradigma de la revolución cubana sino también evitar la mirada hacia Latinoamérica, terreno natural que está presentando nuevos paradigmas por la riqueza multicultural de esta área.
La integración se hace cada día más visible y solida con presupuestos de alcance también en el Caribe con resultados alentadores donde se hace necesario una estructura de medios fuerte para ponerse a los medios que intentan desestabilizar este proceso que ha echado andar. Los profesionales de los medios apropiándose de los adelantos de las nuevas tecnologías al servicio de la comunicación pueden mostrar la realidad desde la perspectiva de estos tiempos en defensa de las mayorías y no de una elite como se acostumbraron los medios de poder en su representación y amparo.
Una simple mirada a los mapas y su configuración espacial de las conexiones realizadas muestran inmediatamente la existencia del “mito” de la red sin centro ni administración, libre y totalmente gratis. Sin embargo según algunos especialistas en la materia del ciberespacio nos presentan como está altamente jerarquizado y nuestra ubicación, en el extremo inferior del cibermapa, es netamente periférica.
No es un secreto que toda comunicación a través de estas conexiones no recorren un camino directo al lugar de destino. Todas ellas pasan primero por algún punto donde quedan registradas nuestras comunicaciones permitiendo el control por entidades para saber de que se tratan y quienes son sus autores.
La transparencia relativa de estos medios y el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación, en manos del poder económicos, solo ratifican que sus objetivos supremos es alentar procesos de desigualdad y desequilibrio, con participación diferente de países y pueblos en las oportunidades de integración en la mundialización, en la economía, en la tecnología y en la difusión de culturas.
Según afirma Dr. Gustavo D. Buzai, “Las nuevas tecnologías nos muestran en una perspectiva histórica el inexorable camino que las distintas potencias mundiales siguen en la búsqueda del dominio planetario; los caminos, los mares, el aire y el espacio. Hoy se debe sumar la nueva frontera electrónica, el ciberespacio. Mientras tanto la localización cobra una nueva dimensión; dime por dónde pasas y te diré quien te vigila”.
Esta afirmación nos alerta como debemos utilizar las fuentes de esas redes y que escoger de ellas a la vez que contrastemos con otras fuentes que nos permita decidir un analices profundo y realmente cercano a la verdad.
Una simple mirada a los mapas y su configuración espacial de las conexiones realizadas muestra inmediatamente la existencia del “mito” de la red sin centro ni administración, libre y totalmente gratis. Sin embargo según algunos especialistas en la materia del ciberespacio nos presentan como esta altamente jerarquizado y nuestra ubicación, en el extremo inferior del cibermapa, es netamente periférica.
No es un secreto que toda comunicación a través de estas conexiones no recorren un camino directo al lugar de destino. Todas ellas han pasado primero por algún punto donde quedan registradas nuestras comunicaciones lo que permiten el control por entidades para saber que se tratan y quienes son sus autores.
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